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miércoles, 15 de septiembre de 2010

Educación y Chan Chán

Un grupo de colegiales en su excursión a Trujillo se pusieron a practicar tiro al blanco sobre las murallas de la ciudadela arqueológica de Chan-Chan con el deplorable deterioro de tan valioso patrimonio cultural.

Este hecho levantó la repulsa de todos, que conllevó una sanción a estos escolares irresponsables; la reflexión que cabe es ¿Sólo estos adolescentes son responsables de su destino cultural? ¿La escuela y Universidad tienen mucho que aportar para revalorar nuestro patrimonio monumental?

El Perú es un país con un inmenso legado ancestral, al cual se le ha subestimado, al no hacer que los niños y adolescentes por convicción se sientan orgullosos de un pasado que hay que emular. Los adultos hemos permitido que las huacas, las casonas coloniales y hasta los monumentos públicos sean degradados ante la inacción de la sociedad y el Estado, para valorar y proteger estos monumentos.

La piedra de los 12 ángulos fue pintarrajeada, el candelabro de Paracas envestido por un joven que no buscó mejor lugar para demostrar sus destrezas, el reloj solar de Macchu Picchu fue dañado por puro interés comercial. Esto es lo reciente. El saqueo, la expoliación y el crimen de lesa cultura ha sido recurrente en los últimos cinco siglos, a pesar de las investigaciones universitarias y la educación escolar universal.

Hace 70 años se construyó la carretera Panamericana partiendo la ciudadela de Chan-Chan en dos, se prefirió la brea al adobe artístico de los mochicas; en Lima se han construido urbanizaciones y hasta centros Comerciales sobre zonas arqueológicas, con la pérdida irreparable de invalorables bienes culturales.

Debemos todos, más allá de la formación educativa, interiorizar la trascendencia de estos bienes para nuestra identidad, la Libertad no se explica sin Chan-Chan, Lambayeque sin las Tumbas Reales de Sipán, Amazonas sin Kuelap, Ica sin las líneas de Nazca o el Cuzco sin Sacsahuaman, y todo el Perú sin Macchu Picchu. Estos no sólo son bienes que deleitan nuestra imaginación, sino forman parte de nuestro ser regional y nacional; razón por la cual, ninguna formación o especialización puede –para ser de calidad- prescindir de su importancia.

Egipto tiene en sus pirámides la principal fuente de sus ingresos ordinarios; si hipotéticamente desaparecieran, la sociedad egipcia perecería en sus fundamentos vitales. Hoy día los peruanos –empezando por los niños, alentados por sus padres- deben conocer los aportes culturales de nuestros ancestros y saber que algún día, por ellos, podremos vivir como traductores, guías, gourmet, anfitriones, ingenieros o empresarios, pues el turismo valora mejor que nosotros el legado de los antiguos peruanos, superando así la barrabasada de Chan Chan.

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