La Biblia a través de la alegoría de la torre de Babel nos muestra la diversidad de lenguas de la especie humana desde sus orígenes y la controversia que acarrea esta pluralidad lingüística.
Hoy se calculan en 6800 las lenguas habladas en el mundo, destacando dentro de ese universo once idiomas mayoritarios, sobresaliendo el chino mandarín con sus cerca de 1000 millones de hablantes, el inglés con sus 700 millones y el castellano con poco más de 400 millones de usuarios.
En el evento de la APEC realizado el año pasado en nuestro país, se evidenció que requeríamos más traductores, no sólo de inglés, sino de mandarín, japonés e incluso portugués. Cuando más exclusiva la lengua, mayor costo de traducción.
El Perú en esta materia educativa parte de atrás, razón por la cual el Ministerio de Educación ha becado con 200 horas de perfeccionamiento a 4 mil profesores de escuela públicas para especializarlos en inglés-americano. La iniciativa es válida. Empero, no hay que descuidar las necesidades específicas de cada región, hoy los jóvenes de Loreto, Ucayali o por donde pase la carretera Interoceánica, necesitan saber el portugués que nos abrirá la puerta de 200 millones de usuarios y consumidores brasileños.
Hoy día el dominio de más de una lengua es reforzar las competencias del educando, hacerlo más productivo y con mayores alternativas laborales.
En principio, resulta válida la recomendación de que se promueva el manejo generalizado, por parte de los hablantes, de al menos tres lenguas: la lengua materna, la lengua de una comunidad lingüística vecina, y una lengua de amplio alcance internacional. Y eso porque de ese modo se cubre un espectro realmente global sin olvido de lo local. Una iniciativa que apunta a este mismo tipo de preocupaciones es la propuesta de una Declaración Universal de Derechos Lingüísticos.
La globalización nos impone nuevos retos. Taiwán acaba de hacer oficial el inglés al lado de su idioma mayoritario el chino. Chile ha hecho obligatoria la enseñanza del inglés en la instrucción primaria y secundaria. Ninguna de estas exigencias, significan desconocer otras lenguas, sino reconocemos en un mundo multilingüe con identidades diversas. Para fortalecer nuestra identidad necesitamos revalorar nuestras lenguas ancestrales y para integrarnos al mundo es importante reforzar el aprendizaje del inglés, nada de ello es incompatible como algunos prejuiciosamente creen. El Perú es singular por sus fonemas nativos Rímac, pisco, maca, coca –a pesar de
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